Un debate común.



- Que no. No quiero. No quiero que nunca sea suficiente.
No quiero creer que mientras más te conozco, más te desconozco.
Tener miedo del pasado y del futuro. Cuestionar cada palabra que sale de tus labios.
No quiero sentir el dolor de algunas miradas. No quiero que seas lo que yo quiero que seas.
Quiero que seas tú, que me muestres tu alma, tu antes, tu después. Tus deseos, tus preocupaciones-.

-Quiero conocer el cuerpo que me rodea cada noche. No quiero tener dudas. No quiero tener miedo a cerrar los ojos por si al abrirlos me encuentro que esa situación se ha ido para siempre. No quiero creer en algo que nunca he creído. No quiero ser algo que no soy. No quiero vivir de puntillas. No más esperas. No más ilusiones. No más planes para mañana. - dice la razón.



- Y, ¿dónde guardo ahora el tacto de tus manos? ¿Qué hago con este sentimiento nuevo en mi? ¿Qué hacer con los mensajes que alegran mis mañanas? ¿Qué hago ahora con las sonrisas en las que me quedaría a vivir? Cómo me despego de un cuerpo que ahora me pertenece? ¿Trazar una línea y empezar otro camino?- Se pregunta el corazón


- Yo lo guardo todo bien. Bajo candado.  Y, cuando ya no duela, hablamos de ello-.






Comentarios

Entradas populares de este blog

No puedo no tocarte.

Invierno dice que te echa de menos.