Mi película continúa.

Hay días que nos levantamos con ganas de observar más que de hablar. Hoy ha sido uno de esos días para mi.

He observado a cada persona que me encontraba. Cada persona que sin darme cuenta, hoy ha formado parte de mi vida.

A veces la persona que menos me espero puede que haya sido la protagonista de mi día. Siempre cuando me voy a acostar intento pensar quién ha sido la persona protagonista de mi vida.

No siempre en una película el protagonista es el que más aparece, el que más escenas realiza. Ni siquiera del que más se habla. Pero es el que está ahí, detrás de cada pensamiento, detrás de cada escena, por el que la película sigue adelante. La razón de que exista una película.

Pues hoy me he dado cuenta de que la protagonista de mi vida he sido yo. Y eso me gusta. Muchas veces dejamos de lado de qué se trata la película. Qué guiones debemos seguir. Y hoy yo, he conseguido no dejarlo de lado. La película de mi vida trata de mi misma, de mis historias, de mis pensamientos, de mi pasado, de mi presente y del futuro que aún no se ha filmado.

Yo soy protagonista y directora. Yo decido quién actúa en mi película. Y hoy he decidido. Que no quiero actores de mala muerte, hablando mal y pronto.

Quiero que me rodeen personas que cada día hagan mi película un poquito más interesante. Porque aunque la mayoría de nosotros prefiere ignorarlo, mi película también tiene un fin, y la tuya, claro. Y la de todos tus seres queridos. Por eso, me niego desde hoy a convertirla en una novela.